Por Noelia Hontoria 
En pleno centro de Madrid, a unos pasos de la Plaza de Callao, hay una joya casi oculta que bien merece la pena una visita. OXO Museo del Videojuego llega a Madrid después de arrasar en Málaga y nos ofrece una experiencia única a amantes de los videojuegos, nostálgicos o simplemente aquellos que quieran conocer más sobre este mundillo.
Yo ya lo he visitado y te quiero contar cómo ha sido mi experiencia en OXO Museo del Videojuego.
Mi visita al OXO Museo del Videojuego en Madrid
Este peculiar museo se encuentra en calle del Postigo de San Martín, 8, a unos pasos de Callao. Su horario de apertura es de lunes a domingo de 11h a 22h (viernes y sábado cierran una horita más tarde). Si puedes, te recomiendo evitar los días de más afluencia, como pueden ser fines de semana, para que puedas disfrutar al máximo de esta experiencia.
En mi caso, fue un viernes a las 17.30h y la verdad que pude disfrutarlo con muchísima tranquilidad y no tuve que hacer nada de cola para ninguna de las consolas.
Y es que esta es, para mí, la gran apuesta de este museo. Todo lo que puedes tocar, probar y jugar. Además de tener joyas de consolas que jamás había visto en persona (y muchas ni sabía que existían) también pude jugar con ellas y sentirme, por un momento, que viajaba al pasado.
El museo se divide en cuatro plantas:
- En la planta sótano se encuentra “The Cave”, un espacio para eventos privados y del propio museo.
- En la planta de calle se encuentra la recepción, la tienda y la cafetería.
- En la primera planta tenemos la exposición permanente, con un repaso a más de 70 años de historia.
- En la segunda planta encontramos la exposición temporal, que actualmente gira en torno a los 30 años de PlayStation. También aquí tenemos una zona de Realidad Virtual si quieres algo más de emoción y una zona Lego para descansar un poquito la vista de tanta pantalla.
Este espacio dispone de más de 1.600 metros cuadrados en los que los videojuegos son los grandes protagonistas. Hay para todos los gustos, géneros, edades y curiosidades.
En mi opinión, me parece una de las visitas imprescindibles en Madrid, como diría cierto programa de televisión, “para el abuelo y el niño”. Más allá de que te guste la tecnología, que pases más o menos horas jugando a videojuegos, es una oportunidad única y toda una experiencia ver cómo han ido evolucionando y cómo hemos pasado de auténticas moles que apenas movían píxeles a lo que hoy en día tenemos entre manos.
El objetivo de este museo es conservar, difundir y promover el legado de los videojuegos y sin ninguna duda creo que lo consigue. Además, el hecho de permitir que se pueda jugar con todas las consolas disponibles hace que el visitante se convierta en algo más que un mero espectador. Hay que destacar que algunas de ellas no funcionan correctamente, pero la mayoría sí están usables.
Personalmente también me encantó poder leer los carteles explicativos, que realmente te sumergen en la historia de estos 70 años del mundo gamer y que potencian ese carácter de Museo que tiene este espacio.
A mí me gustó mucho y me parece una experiencia fantástica para regalar en una ocasión especial o simplemente para pasar una tarde diferente en el centro de Madrid.
La duración de la visita es de dos horas y bajo mi opinión es más que suficiente (yo estuve como una hora y media). La entrada actualmente tiene un precio de 21,90 euros y existen descuentos para personas con discapacidad, familias, niños menores de 13 años y adultos mayores de 65 años. Asimismo, si quieres disfrutar varias veces de las consolas disponibles (siempre con respeto) tal vez te pueda ser interesante adquirir el pase anual, que actualmente tiene un precio de 99 euros.
Gracias a OXO Museo del Videojuego por permitirnos conocer su espacio